Sumérgete en la infancia de Francie Brady en la Irlanda del Norte de los años 60. A través de sus ojos, somos testigos de su descenso a la violencia y el crimen, desencadenado por un incidente aparentemente trivial. Esta novela, escrita con el ritmo de una balada, es un testimonio conmovedor y a la vez divertido de la soledad, la segregación social y la estupidez humana.