Este libro explora la utilidad de un enfoque basado en el conocimiento para las empresas, el papel del conocimiento en la formación individual y las consecuencias de un elitismo basado en el conocimiento formalizado. Argumenta que los recursos más importantes para las organizaciones no son la tierra, el capital o el trabajo, sino el conocimiento, que constituye un activo estratégico cuando ofrece ventajas competitivas duraderas. Las empresas exitosas son aquellas que mejor dominan el conocimiento en todas sus formas.