Este libro de Joan-Lluís Marfany explora la historia de la penetración del castellano en Cataluña y la relación entre ambas lenguas, utilizando el concepto de diglosia como un punto analítico central. Los estudios contenidos en este libro examinan cómo la construcción del Estado-nación moderno impuso la lengua estatal en detrimento de las lenguas minoritarias, no solo en Cataluña, sino también en Francia y Gran Bretaña. La adopción del castellano como lengua escrita, especialmente por las clases dirigentes, relegó el catalán al uso hablado, un proceso similar al ocurrido en Gales, Escocia o el sur de Francia. Esto llevó a que, durante largos períodos, el principal vehículo de la literatura en Cataluña no fuera el catalán. El libro constituye un alegato a favor de un análisis histórico, y no ideológico, de la historia de la lengua en Cataluña desde el siglo XVI hasta el XIX.