Hablar de lo eterno; lo eterno sin caretas, sin disimulos, sin trampas. Esa es la tarea a la que se entrega Lewis en este libro sustancioso. Y para eso utiliza muy distintos medios: un coloquio, un debate, una conversación entre amigos, un artículo de prensa, una carta... Toda ocasión es buena para dar testimonio de la fe y la verdad intemporal, 'para mostrar a todos una noticia inaudita de plenitudes', con un afán apostólico que nos interpela. En esa labor, Lewis se expresa con su proverbial claridad, lucidez y agudeza. C. S. Lewis nació en Irlanda en 1898, se educó en el Malvern College durante un año, y luego privadamente. Fue Tutor en el Magdalen College y profesor de Literatura en Cambrigde. Ateo en su juventud, describió su conversión al cristianismo como una experiencia que transformó su vida y su obra. Dotado de una inteligencia excepcional y de un ingenio certero y lúcido, ejerció una gran influencia tanto en sus alumnos como en sus lectores. Cultivó con igual maestría el ensayo, la novela y la literatura infantil. Mientras no tengamos rostro El diablo propone un brindis Los cuatro amores El problema del dolor Mero cristianismo El gran divorcio Cartas del diablo a su sobrino Si Dios no escuchase, son algunas de sus obras más célebres.