Antonia tiene veintiséis años cuando se ve sola con un niño de cuatro en el Madrid de los ochenta. La novela narra su viaje interior, enfrentándose a la juventud y la maternidad mientras busca su lugar en la vida. Es una crónica de aprendizaje sobre cómo superar la deslealtad y cómo el amor de un hijo alivia la fragilidad, fortaleciendo a quien debe protegerlo. Una historia conmovedora sobre la experiencia y las verdades que solo la ficción puede contar.