Este libro, escrito por Henri Pirenne, explora la transición entre el mundo antiguo y la Edad Media, centrándose en el papel de Mahoma y Carlomagno. Pirenne argumenta que las invasiones germánicas no interrumpieron el comercio mediterráneo ni la continuidad de la civilización romana, sino que fue la expansión islámica la que separó a Europa occidental del resto del mundo, dando lugar a una nueva era.