En la Granada del siglo XIX, unos crímenes rituales siembran el pánico mientras los liberales, liderados por Mariana de Pineda, intentan derrocar el corrupto reinado absolutista de Fernando VII. En una época de férreo absolutismo, una mujer se alza como símbolo de la libertad. Mariana de Pineda, una mujer poco convencional para su tiempo, se convierte en el blanco de Ramón Pedrosa, el símbolo de la represión política en Granada. Mientras Mariana conspira para proclamar la Constitución de 1812, una serie de asesinatos perturban la ciudad, y el agente Antonio Diéguez es el encargado de resolver estos crímenes.