Olivia Morrow sabe que le queda poco tiempo de vida y que la Iglesia pretende beatificar a su prima Catherine, una religiosa que dedicó su vida a la investigación de dolencias infantiles y al cuidado de niños discapacitados. Sin embargo, Olivia sabe que su prima no fue ninguna santa. En su memoria se oculta un secreto: antes de entrar en la orden religiosa, Catherine mantuvo una relación con Alex Gannon, un doctor que amasó una fortuna. Ambos concibieron un hijo que Catherine dio en adopción antes de ingresar en el convento, un hijo que tuvo descendencia y que figura como heredero directo en el testamento de Gannon. Olivia no es la única persona que posee esta información, y lo que está en juego es demasiado importante para dejar cabos sueltos.