En 'Nous aurons toujours Paris', Éric Faye nos invita a un viaje introspectivo a través de su vida, explorando la génesis y evolución del asombro. El autor nos lleva desde las primeras manifestaciones de lo maravilloso en su infancia, como palabras mágicas y animales fabulosos, hasta su impacto en la edad adulta. A través de sus experiencias y encuentros, desde Japón hasta África, y sus reflexiones sobre figuras literarias como Julien Gracq e Ismail Kadaré, Faye construye una narrativa que celebra la capacidad humana de encontrar lo extraordinario en lo ordinario. Aunque París sirve como telón de fondo simbólico, el libro se centra en las peregrinaciones personales del autor y su búsqueda de la luz interior.