En Vila Rica, donde viven Carlos, Álvaro, Catarina y Frederico, hay un museo que existe gracias a la primera aventura del Bando de los Cuatro, quienes se consideran sus protectores. Sin embargo, varios objetos valiosos son robados sin que nadie pueda ver al ladrón, a pesar de las alarmas y el sistema de vigilancia. El Bando de los Cuatro entra en acción para resolver este misterio, aunque Álvaro sospecha que un fantasma es el responsable. Recién llegados de unas vacaciones en Irlanda, intentarán resolver este enigma.