En la Gran Granja de Can Capell, cada animal tiene su sombrero, y con él se saludan y se muestran afecto. Un día, el pollito Quico descubre que a la abuela le han robado la barretina. Las sospechas recaen sobre Amanda, el avestruz. Pronto todos, perros, gatos, vacas, ovejas, cerdos e incluso patitos se dedican a resolver el misterio. Al final, sin embargo, será Quico, recordando el cariño de la abuela, el encargado de devolver la paz a la Granja. Y, ya puestos, revelará que no hay memoria como la del amor. Un emotivo relato en verso para que niños y niñas conozcan la forma de convivir con los mayores. Un precioso poema ilustrado sobre el Alzheimer.