En Yorkshire, 1855, el coronel Tarleton se interpone deliberadamente en el camino de un tren que se aproxima a toda velocidad, lo que pone en marcha una investigación. El famoso detective ferroviario, el inspector Robert Colbeck, debe examinar los rumores que rodean al fallecido para descubrir si el suicidio fue el acto de un hombre culpable. Esta es la séptima entrega de la serie Railway Detective.