Este libro analiza las reformas educativas del siglo XXI desde una perspectiva internacional, centrándose en cómo mejorar la calidad de la educación y optimizar el uso de los recursos disponibles. A través de un análisis comparativo de seis países con diferentes capacidades financieras e institucionales, se examinan sistemas educativos con distintos niveles de gasto por estudiante y reformas que fortalecen la enseñanza de competencias básicas y avanzadas. Se extraen lecciones sobre la implementación de reformas educativas orientadas a las competencias del siglo XXI en diversos entornos, promoviendo el diálogo social sobre cómo compensar los costes educativos post-pandemia y construir mejores sistemas educativos a nivel mundial.