En este libro, Slavoj Žižek nos invita a reflexionar sobre la figura de Lenin como una afirmación de la política en un mundo cada vez más dominado por las relaciones de producción capitalistas. Žižek argumenta que los movimientos de protesta han sido influenciados por simulacros culturales, lo que ha generado ambigüedad en los procesos políticos. Para superar esta ambigüedad, propone recuperar la tensión creativa del pensamiento y la acción de Lenin, imaginando una nueva política que sea radicalmente transformadora. Žižek defiende la relevancia de Lenin para concebir un orden global más justo, democrático e igualitario, desafiando los pronósticos pesimistas del poder en el contexto actual.