Este libro narra la vida de San Maximiliano Kolbe, un sacerdote franciscano polaco que se ofreció como voluntario para morir en lugar de un extraño en el campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial. Su acto de caridad y sacrificio lo convirtió en un símbolo de amor y compasión, y es venerado como un santo mártir por la Iglesia Católica.