Este cuento relaciona las voces de los animales nocturnos con los sonidos de los instrumentos musicales de una orquesta. Los niños, al mismo tiempo que se familiarizan con instrumentos poco conocidos como la tuba, el arpa, el contrabajo, la viola o el clarinete, aprenden que hay animales que, de noche, están despiertos y emiten sonidos. Al apagar la luz, aparecen mágicamente estos simpáticos animales tocando algunos de estos instrumentos. Ideal para niños a partir de 3 años.