En 1807, el teniente Richard Sharpe, recién regresado a Inglaterra, recibe una nueva misión: ir a Copenhague para ayudar a John Lavisser a entregar un soborno y así evitar una guerra. Parece sencillo, pero nada es fácil en una Europa agitada por las ambiciones francesas. Los daneses poseen una flota de batalla que podría reemplazar a todos los buques de guerra que los franceses perdieron en Trafalgar, y las fuerzas de Napoleón se están reuniendo para tomarla. Los británicos deben detenerlos. Sharpe recibe la orden de proteger a Lavisser de los agentes franceses que infestan la capital danesa. Es una guerra sombría de espías y brutalidad en la que Sharpe es un peón sacrificado. Pero a veces los peones pueden cambiar el juego y Sharpe, cuando descubre a un traidor entre ellos, establece sus propias reglas. Mientras el ejército danés intenta levantar el asedio británico, se encuentra con Sir Arthur Wellesley con una fuerza de casacas rojas y fusileros. Copenhague está condenada. En noches