Todo comenzaría nunca mejor dicho por casualidad. O al menos por un momento tan surrealista y fortuito que permitiría al son de un cálido y seductor danzón cubano marcar el compás para la historia de un gángster caído en desgracia un periodista ilusionado y enamorado un cuidador de fieras hechizado por el cine de mafiosos una hermosa artista de circo manca y hasta un hipopótamo muerto.