¿Cuánto tiempo hacía que permanecía allí? El diablo lo sabía, pero no él. Volvió, una vez más, a mirar a su alrededor, nada de particular. Algunas prostitutas, muy pocas, en la barra, y un par de ellas más con acompañamiento masculino, sentadas en sendas mesas, y eso era todo lo que había dentro del bar.