En 1988, Rosemary Mahoney participó en un programa de intercambio de profesores entre una universidad estadounidense y la Universidad de Hangzhou. En este libro, transmite la mezcla de respeto y desdén que se les otorga a los extranjeros en China, así como los sueños y las realidades que enfrenta un pueblo dentro de los confines de su sistema político. El libro relata un año en China, explorando la cultura y las experiencias de la autora.