En 'El arte perdido de trazar la línea', Philip K. Howard examina cómo la búsqueda de la equidad ha ido demasiado lejos, afectando negativamente a la sociedad. Howard argumenta que el miedo a las demandas y la proliferación de derechos individuales han paralizado la toma de decisiones y la responsabilidad personal. A través de ejemplos concretos, el autor muestra cómo las reformas bien intencionadas han socavado la libertad y el bien común, proponiendo soluciones para restaurar el sentido común y la capacidad de liderazgo en una sociedad cada vez más litigiosa.