En 1698, cinco barcos liderados por el buque insignia Rising Sun se embarcaron en un peligroso viaje hacia la costa norte de lo que hoy es Panamá, donde los 2.000 pasajeros pretendían establecer un asentamiento en Darién. Con ellos iban las esperanzas y fortunas de la nación de Escocia, que buscaba construir una colonia de ultramar para poder competir por fin en el escenario mundial con su rival Inglaterra. Solo 300 hombres regresarían con vida. Esta es la historia de su trágica misión, que destrozó un sueño de imperio y llevó a la bancarrota a una nación.