En la costa de South Shields, Emily Kennedy, una joven de dieciséis años, disfruta de su trabajo como empleada doméstica para los McGilby. Su única preocupación es la salud de su hermana menor, Lucy. Sin embargo, tras la muerte de la señora McGilby y un trágico accidente que se lleva a Sep, Emily y Lucy se ven obligadas a buscar trabajo en otro lugar. En la casa de Croft Dene, bajo el dominio de Lawrence Birch, Emily se adentra en un mundo de intrigas familiares que la obligarán a madurar rápidamente y a aferrarse a su filosofía de vida: '¡Nunca te rindas!'