En el pueblo de Kuusmäki, el ingeniero Akseli Jaatinen es contratado para construir un nuevo puente en el mismo lugar donde tuvo lugar una sangrienta batalla durante la guerra civil de 1918, un evento que aún divide a los habitantes. Jaatinen pronto se gana la enemistad de los lugareños debido a sus métodos poco convencionales. A medida que las relaciones se tensan, los notables locales lo humillan y lo despiden. Sin embargo, Jaatinen no se deja intimidar y planea una venganza diabólica contra sus perseguidores. Esta es una fábula política con toques de western finlandés, donde se critica la hipocresía y el conformismo.