En este libro, Ru decide ganar dinero haciendo de pintora de paredes. Tras probar en casa con éxito, publica anuncios en las tiendas del barrio y tiene la oportunidad de pintar un local que va a abrir un chino. Rápidamente se corre la voz de que es buena y barata, y empiezan a lloverle encargos. Mientras tanto, en casa están en crisis: su padre, Rafel, está deprimido porque va a cumplir cincuenta años. Para animarlo, Ramona le prepara una cena sorpresa en un restaurante de lujo. Como el padre solo habla de Rai, un compañero suyo de la mili, los hijos deciden buscarlo y hacerlo venir a la cena. Sami acompaña a Ru a ver a Rai, y la chica descubre quién es en realidad el padre de Sami. Pero, cuando parece que todo va bien, las cosas se tuercen: un pintor profesional amenaza a Ru y le advierte de que deje de quitarle clientes, y el encuentro de Rafel y Rai es un desastre.