En la undécima novela de John Irving, nos sumergimos en la vida de Jack Burns, un actor marcado por su infancia y las relaciones con mujeres mayores. Su madre, Alice, una tatuadora de Toronto, también lleva las cicatrices del rechazo de William, el padre de Jack, un organista de Edimburgo adicto a los tatuajes. Acompañamos a Jack en su búsqueda de su padre a través de los puertos del Mar del Norte, mientras desentrañamos los misterios que rodean a Alice y los recuerdos inciertos de Jack. Una historia sobre la pérdida de la inocencia, narrada con la maestría característica de Irving.