En el invierno de 1944, la Gestapo busca a Jorge Semprún en Buchenwald. Los prisioneros comunistas, al interceptar el mensaje, planean ocultarlo tras la identidad de un preso agonizante. Este recuerdo lleva a Semprún al núcleo del campo de la muerte, donde la esperanza y la solidaridad contrastan con el horror. Sus recuerdos nos llevan del París ocupado a la clandestinidad, mientras el retorno al pasado adquiere un sentido superior a la luz del presente, evocando amigos, camaradas de la Resistencia, recuerdos de la infancia en Madrid y perfiles femeninos.