Windy es una peluquera de Austin, Texas, a la que le gusta hablar mucho. Un día, mientras atiende a un catedrático de la universidad, inicia un monólogo lleno de reflexiones irónicas sobre la muerte, la marginalidad, Dios, la incomunicación y la política. A través de este ejercicio narrativo, Lars Gustafsson expone la vacuidad de la sociedad estadounidense y revela el lado más oculto del espíritu humano.