Las monedas romanas partidas se encontraban debido a la necesidad de reducir su ámbito de circulación y hacer frente a la escasez de moneda de bronce. Estas monedas, que se partían cuidadosamente, estaban destinadas a circular como divisores y podían ser utilizadas para fines rituales o religiosos. Aunque no se encuentran comúnmente, las monedas partidas son apreciadas por coleccionistas debido a su curiosidad y su representación de la técnica de corte utilizada en la acuñación.
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