Mi padre ya era relojero en los años 20. Pero un relojero de los que ya no existen. A los 80 años todavía hacía ejes de volante en el torno. A mi madre, mi hermano y a mí nos enseñó el oficio, pero yo no llegué a saber tornear. Yo he tenido relojería en Vilassar de Mar unos años, donde reparaba y vendía relojes antiguos.Cuando me jubilé, me puse un taller en casa, ya que mi trabajo me encanta, y compro relojes en el extranjero y los restauro y arreglo. También he ido a la feria de Béziers, que es una pasada.
Lotes en venta en antigüedades, arte, libros y coleccionismo
(120)