24 de ene, 2022 por Ignacio del Valle

Dedales: coleccionismo al dedo

Los dedales son testigos de la moda desde que tenemos uso de historia. Ya sea del antiguo Egipto, la China milenaria o el Nuremberg medieval. Entre la joya y el souvenir, los dedales protagonizan colecciones entre costuras.


De hueso, marfil, bronce o metales preciosos, los dedales actuales son muy parecidos desde su invención. Nos constan dedales realizados con huesos de mamut con más de 30.000 años de antigüedad hallados cerca de Moscú. Ya entonces realizaban la misma función, también hay evidencias de piedras que se usaban a modo de dedal con 10.000 años de historia.

Los fenicios, con su frenesí comercial, introdujeron el dedal de bronce entre los pueblos del mediterráneo y era común entre los romanos que gustaban de su decoración con inscripciones y dibujos. Los dedales de la época musulmana con su peculiar forma también eran profusamente decorados. Sobre el año 1150 consta la referencia de un dedal como parte de la dote de santa Hildegarda de Bingen, abadesa benedictina famosa por sus escritos, composiciones musicales e intereses científicos. Tenemos noticia de que los dedales visigodos eran utilizados también como sellos para firmar documentos. 

 

Colección de dedales

 

Las formas del dedal

La especialización de sus artesanos desde la edad media convirtieron a Nuremberg en la capital del dedal, que cuenta con un magnífico museo dedicado a este objeto cotidiano. El dedal es un instrumento, a la medida de la yema del dedo del medio, que se emplea para empujar la aguja cuando se cose sin riesgo de pincharse. Hay dedales semielípticos, terminados en punta redonda o cónica y están fabricados en hueso, marfil, bronce, plata, oro o cerámica. Su forma más habitual es la de un cono truncado con una hilera de hoyitos que corren paralelos en la parte exterior. Aunque son habituales del ajuar doméstico de coser y cantar, no debemos de olvidar que también han sido usados por alpargateros, alabarderos y en su tiempo incluso por arqueros.

Dedal de plata

Costurera sin dedal cose poco y mal

Las sentencias del refranero popular nos dejan perlas del género “la mala costurera, cuando no pierde el dedal, pierde la tijera”, “Costurera tras el cristal, un pinchazo en la carne y tres en el dedal”, ripios que nos remiten a tiempos en los que abundaban las modistas, sastres y costureras. Cuando a través de patrones se confeccionaban camisas y vestidos, también trajes a medida que hoy se consideran artículos de lujo en un entorno de moda rápida y lista para usar. La nueva sensibilidad actual pasa por la personalización unida al reciclado de prendas vintage y el respeto al medio ambiente, que vuelven a poner en boga los arreglos de costura y su fiel dedal de aliado.

 

Dedal de mariposa

 

Coleccionistas de dedales

De plata, de porcelana o de humilde plástico. Las colecciones de dedales son muy populares por la cantidad ingente de motivos decorativos. Son compliaciones muy decorativas para lucir en coquetas vitrinas, ya sean recuerdos de vacaciones u obsequios de familiares y amigos. Aquí dispones de más de 4.000 dedales de todas las formas, materiales y coloridos diseños para completar tu viaje por un coleccionismo muy casero con solo mover un dedo, en todocoleccion donde bordamos los recuerdos.

 

Expositor de dedales

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