3 de dic, 2019 por Ignacio del Valle
El 8 de diciembre se celebra el día de la Inmaculada Concepción, la patrona del arma de la fiel infantería. Un buen momento para recordar el equipamiento militar de campaña.
El domingo 8 de diciembre se celebra el día de la Inmaculada Concepción, la patrona del arma de la fiel infantería, que rememora el Milagro de Empel de 1585. En la guerra de los 80 años, de los inundables Países Bajos los tercios españoles con todo en contra se marcaron una victoria de superhombres. Hambrientos y mojados, aislados en una colina rodeada por agua sin poder recibir refuerzos un infante cava una trinchera y se le aparece la virgen: una tabla con una imagen de la santísima Virgen de la Concepción. El resto es meteorología e historia. Un viento gélido hiela las aguas alrededor del monte Empel y a los flamencos les dieron para el pelo y se enteraron de lo que valía un Tercio ciego de fe. Siglos después, en todocoleccion, dedicamos este post al equipamiento de campaña de infantería.
El recreacionismo histórico cobra más interés en tiempos de paz. Trasladarse a las gestas de los romanos, torneos medievales y combates singulares de la II Guerra Mundial es una afición que cobra más adeptos sin guerras activas. Sumergirse en la historia y protagonizar las hazañas de nuestros antepasados es una corriente sajona que ha arraigado en España. Con tantos años a la espalda, las asociaciones recreacionistas reviven la vida cotidiana y los enseres de las legiones romanas, los eventos trabuco de la guerra de Independencia y, cada vez en mayor medida, batallas y desembarcos de la II Guerra Mundial que nos rozó de perfil. En todocoleccion hay mucha historiografía, documentación y, sobre todo, material bélico con memorabilia.
Desde hace 18 años nuestros compatriotas no cumplen con el servicio militar, obligatorio e ininterrumpido durante 184 años. “La mili” una experiencia de adiestramiento militar e iniciático en la vida adulta y el arte del escaqueo. Las pintadas del frontón de muchos pueblos con proclamas ¡Viva la quinta del 62! La milicia constaba de un periodo de 3 meses de campamento tras los cuales, según el ejército de Tierra, Mar o Aire, se destinaba al recluta a sus diferentes destinos durante 9 ó 15 meses más según la suerte de bombo.
Los militares con sus protocolos y doctrinas tienen sistemada y regulada hasta la última ordenanza en la vida del cuartel. Con el ordeno y mando de jerarquía inapelable, la vida cuartelera transcurre preparándose para la guerra de campaña. Las maniobras de entrenamiento de los despliegues en cuña, columna o al tresbolillo. Los soldados en esa edad de crecer siempre estaban pensando en qué llevarse a la boca en forma de vitualla o novia. Dentro del equipamiento de campaña, el útil más elemental fue la navaja multiusos para rebanar el chusco de pan o abrir la lata de mejillones. La cantimplora forrada de fieltro verde con sus tres cacillos de aluminio abrochados por una cuchara y un tenedor también forma parte de la impedimenta vital.
El zapapico es el mejor amigo del infante, para cavar su hoyo de tirador personal o una posición de las escuadras de ametralladoras o de morteros y también los pelotones de lanzagranadas contra carro distinguidas por su audacia, violencia, movilidad y flexibilidad. Sobrevivir a un ataque de carro de combate es tan milagroso como los sucesos de Empel.
En el equipo personal del infante, de casco no retornable, al traje de faena se le van incorporando capas: las trinchas o correajes para cargar cargadores, granadas y la mochila de combate. El poncho con sus estratégicos ojales para improvisar un toldo en caso de necesidad, el botiquín, la linterna, las raciones de combate con su infiernillo y las cosas del camuflaje.
En todocoleccion puedes encontrar equipamiento militar de campaña, equipos de transmisiones, ópticos, literas, sacos de dormir, uniformes legendarios, réplicas de armas de época y todo lo necesario para recordar en tu memoria el absurdo de la guerra, preparándote para la paz.