25 de jun, 2020 por Ignacio del Valle
La pasión por el motor a escala. Los legendarios autos Guisval cambiaron la forma de jugar y coleccionar de varias generaciones de niños. Te contamos su historia.
Desde Ibi (Alicante), tierra muy juguetera en 1962, Francisco Guillem, José Luis Serralta y Ramón Valero ponen las iniciales del famoso acrónimo Guisval. Tras su experiencia como trabajadores en la fábrica de juguetes Payá, arrancan su propio sueño. Comenzaron con miniaturas de máquinas de escribir y relojes infantiles, pero son los coches a escala de metal los vehículos que les condujeron al éxito. Cuando la competencia es experta en la inyección de plástico, Guisval se arriesga, innova y logra su meta.
El metal inyectado es la característica diferencial de unos juguetes que triunfaron en las generaciones de la EGB. El crecimiento de sus modelos a escala y su gran creatividad en la forma de presentarlos; a través de expositores muy llamativos, que imantan las miradas de los niños en el quiosco y la juguetería. Coches muy pequeños con chasis resistentes, ideales para llevar siempre encima en el bolsillo del pantalón.
Con Guisval montar un circuito de carreras en el parque, el pupitre o la mesa de la cocina era lo más normal del mundo. La colección “Campeón” con ruedas de goma desmontables y chasis de metal. El SEAT 600, SEAT 124, R-6 y los resucitados Mini. Los Land Rover… luego llegaron los bólidos: Lotus GT, Porsche GT, Brabham F1, Lola Climax F1, Ferrari Dino, Monza GT, Lamborghini Marzal. Los modelos carrozados combinando metal y plástico, pero presentados en cajas de plástico translúcido que evitaba acumular polvo, añadía a estas adquisiciones un plus de valor coleccionista.
Guisval, como Scalextric, acierta con la producción de coches a escala de los modelos más populares de la calle. Las escalas más empleadas fueron la 1:58, 1:29, 1:22 y 1:18. Como complemento la Play City, la ciudad de los chiquis (de Chiquival) con calles, gasolinera y parking con ascensor fueron el regalo preferido de reyes para miles de chavales. Las réplicas a escala de motos de competición llegan a una precisión poco vista hasta el momento, gracias a un innovador sistema de tampografía adoptado en 2012 en pleno boom de los éxitos de pilotos nacionales.
Además de los catálogos convencionales para distribuidores en formato A4, Guisval se distinguió con la promoción publicitaria a través de mini catálogos de reducido tamaño. Solo medían 4 x 3,5 cm, unas dimensiones mínimas incluso para el manejo de las pequeñas manos infantiles, y se publicaron desde 1970 a 1982. En los mini catálogos Guisval se puede seguir la evolución pormenorizada de sus colecciones.
El éxito de Guisval compitiendo con marcas internacionales es un caso excepcional en el mundo del juguete que también conquista a adultos. En todocoleccion dispones de más de 7.000 miniaturas de Guisval con las que puedes recordar el pasado glorioso de las carreras y revivir el parque móvil en el aparcan tus recuerdos.