28 de sep, 2018 por Ignacio del Valle
Madelman, “los hombres que lo pueden todo”. Buzos, espeleólogos, vaqueros, soldados, marineros, exploradores, mecánicos vestidos a medida. Desde sus 17 cm de altura enseñaron a crecer y jugar a la generación babyboom.
Los Madelman fueron el juguete más deseado por los babyboomers. Varias promociones de la EGB descubrieron su vocación profesional a través de estos intrépidos personajes. Desde entonces, se han sucedido varias reediciones, pero todavía es posible encontrar Madelman patanegra de la 1ª y 2ª generación en todocoleccion.
Por aquellos años eran raros los atascos. La clase media dominguera circulaba en su SEAT 600 y los lujos del 124, R8, Citroën CV GS o Simca 1.100. Coches de 5 plazas cargados de críos gritones hoy en edad de prejubilación. Industrias Plásticas Madel tuvieron la idea, EXIN facilitó el éxito y el eslogan: Madelman: “los hombres que lo pueden todo”, enseñaron a jugar a los muñecos de complementos a las crías de macho ibérico. Fueron el entretenimiento moderno desde 1968 hasta su apagón en 1983.
Los juguetes como alternativa al carbón se recibían sólo en navidades o en la primera comunión. Por los cumpleaños regalaban tirones de oreja. Por eso los Madelman eran los reyes del escaparate. Tras la vidriera, muy hábiles comerciantes disponían su selección de novedades con seductor detalle, en especial durante diciembre. Consecuencia de tal provocación estaban condenados al repaso diario de Cristasol para eliminar las huellas y manoseos de la chiquillería que se agolpaba frente a la juguetería al salir del cole. Unas cajas con apariencia de diorama donde se estimulaban los volúmenes de la imaginación. Ilustraciones de aventura y allá al fondo el muñeco articulado protegido con su equipo perfectamente alineado y sujeto con gomillas blancas. Un orden simétrico y pulcro que jamás se contagió a la habitación.
Figuras de 17 cm de altura muy manejables. Personajes caracterizados de soldado, espeleólogo, buzo, explorador polar o porteador de safari. Un estudio de anatomía y sistema de articulaciones y rótulas ingenioso made in Spain. Las innovaciones en plástico facilitaron la producción de la mayor fábrica de sucesos infantiles de riesgo en un dormitorio. La primera serie de Madelman con la mano izquierda abierta bien para saludar, lanzar una granada o poner un vendaje. La zarpa derecha con el quebradizo dedo índice presto a engatillar la pistola o el fusil CETME que manejaríamos en la mili con el alias de “chopo”.
Los Madelman de mirada de vidrio usaban muda interior blanca de cuello vuelto y no sabíamos si les olían los pies porque corrían sobre muñones. En gayumbos, pero siempre muy dignos con las botas puestas. Partes del cuerpo crujientes que anticiparon los quebrantos de reuma. Las articulaciones de torsos, brazos y piernas. Los meniscos rotos reparados con torpe cinta aislante a falta de artroscopia de seguridad social.
En la primera etapa de cajas rojas, hombres caucásicos y africanos congueados. Expedición Safari con “el Masa” aprovisionando marfil, cazando especies protegidas y manejando a los porteadores a culatazos como veíamos en las películas de Tarzán con mona incluida. La introducción de la figura de la mujer en el mundo machuno viene provista de pistolón y rifle con mirilla telescópica. Para pasmo de estos anacronismos los admiradores de la ciencia ficción, se quedaron con la cazadora negra abierta. Llegó a la carrera espacial el legendario Madelman astronauta plateado con un casco réplica a lo Dave Bowman en 2001 Una Odisea en el espacio, de Kubrick. Tal vez el símbolo que sintetiza la vanguardia de la Madelmanía.
Muy codiciado es el equipo básico de hombre rana. Neopreno con vivos amarillos y aletas. Gafas de bucear, arpón, linterna submarina, reloj, botellas de oxígeno con la pegatina de Nemrod y una balsa fofa con ancla apta para el oleaje de bañera… El Súper Equipo de Investigación Submarina con su scooter a hélice, pareja de buzos y pulpo, se acompañaba de ánforas y tesorillos prestos a ser expoliados bajo la espuma.
La serie militar y los simulacros de bombardeo justificaban la abundancia de Madelman tullidos. Cascos, bazucas, cañones, tiendas de campaña, pistolas, sacos terreros y hasta un puesto de mando con oficial de gorra de plato. En esta colección de morteros, cañones, jeeps y tiendas de campaña, la estrella fue el helicóptero. Se podía montar un Vietnam sin salir de casa o con el buen tiempo montar una batalla en un descampado con mucho petardo de estrella que ahumaba la escenografía con más realismo. De estas escabechinas se aprovechaba todo y los héroes mutilados se desmontaban y preparaban para trasplante de órganos. En todocoleccion se encuentran cientos de lotes y accesorios corsarios con repositorios de piezas de todas las series.
Las mentes jugueteras y creativas de los directivos de Exin estiraron la gama y la diversificaron con series del oeste, civil y espacial, hasta futbolistas. La llegada de otros muñecos de acción como Geyperman, con pelazo y cicatriz, Big Jim sacando bola, la irrupción de los clicks de Playmobil o la popularización de Lego complicaron las cuentas en un mercado cruel.
La Madelmanía palpita en aquellos niños que ahora sino calvos, tiñen canas. En todocoleccion se puede rescatar y completar aquellos gratos recuerdos y batallitas. No estás solo. Es un fenómeno social documentado en la exposición del Museo Nacional de Antropología, “50 años de Madelman”, basada en la colección de José Manuel Cortés.
Científicos, médicos, enfermeros, militares, exploradores, espeleólogos, escaladores, mecánicos, escritores, periodistas o pilotos de carreras … Hasta ufólogos, piratas y superhombres. Para revivir esos cálidos recuerdos y completar tu colección de Madelman en todocoleccion tienes más de 9.000 lotes asociados a la Madelmanía. Ánimo valiente, con todocoleccion tú también puedes con todo.