29 de abr, 2022 por Adrián Cortés
Chiquito de la Calzada emergió como genio y figura de la televisión en los 90, trufando con su humor el vocabulario de toda una generación. La popularidad del malagueño dio pie a los Chiqui Tazos, una colección de sus inolvidables expresiones.
Los Chiqui Tazos fue la apuesta de Matutano por el éxito de Chiquito de la Calzada en 1995, que había irrumpido en la parrilla televisiva con ímpetu el año anterior. El fabricante de aperitivos lanzó al mercado los Fistros, aprovechando el tirón mediático del malagueño para comercializar sus tazos con las frases más icónicas, generando así un atractivo sentimiento coleccionista que hoy día continúa latente.
Gregorio Esteban Sánchez Fernández fue 'Chiquito' porque se subió a los 8 años por primera vez a un escenario y 'de la Calzada' por la calle del barrio malagueño donde nació. Aunque sus inicios en el mundillo del espectáculo fueron como flamenco e incluso emigró a Japón para buscarse el arroz, el andaluz triunfaría como humorista años después en la televisión española.
Chiquito es uno de los principales exponentes de la relevancia del qué frente al cómo. Sus chistes eran malísimos, pero nadie los contaba como él. Por la gloria de mi madre, el chiste daba igual. Era un capo del humor burlón con patillas de bandolero y la guasa está en quién y cómo lo cuenta, que es donde está el duende.
Sus gestos característicos, sus movimientos de cadera, sus pasos con tiento… El contenido de sus chistes, normalmente simples y cortos, golpeaban con ingeniosas comparaciones y su desternillante puesta en escena. Sus kilométricos e icónicos andares con fingidos dolores de lumbares eran puro magnetismo para conectar con el público.
La risa contagiosa supuso todo un boom televisivo, convirtiéndose en el baluarte de Genio y Figura, programa de Antena 3 que se coronó aquel verano de 1994. El tirón mediático fue tal que en otoño logró superar en audiencia la emisión de un partido de fútbol del Real Madrid, termómetro del interés social en España.
Un año después, Chiquito dio el salto a las antenas de radio, interpretando los chistes de los oyentes. Te das cuen?, todo un fenómeno sociológico que llevó sus coletillas a cada chascarrillo e incluso se colaron en el recopilatorio de temas dance Bolero Mix Fistro Pecador, en cuya portada lucía su cara en un cuerpo de culturista.
El parodismo siempre acompañó a Chiquito, como bien demostró durante la campaña electoral de Barack Obama y su 'Yes, we, Jarl', que rápidamente se hizo viral en redes sociales. No sé si era el más gracioso, pero indudablemente hizo un género 'El estilo de Chiquito' y, como él mismo denunció, "mucha gente vivió más de mi personaje que yo mismo".
El atractivo del andaluz se mantuvo de generación en generación, convirtiendo los Chiqui Tazos en preciados artículos de colección, compuesta por 10 modelos con las frases y dibujos más representativos del artista. Más allá del aperitivo o el juego que daba con los amigos, todos queríamos conservar e imitar las muletillas del artista como bien demuestra el interés que todavía suscita en Orientaprecios.
Un grupo de estudiantes de la Universidad de Málaga homenajeó recientemente a su paisano con un semáforo que cuando da la luz roja su voz entona: "¡Quietorl! Te voy a poner una multa que no te la va a quitar ni Perry Mason. ¡Relájate!". Y, al cambiar a luz verde, dice: "¡Vámonorl! ¡Al ataquerl!".
Años después de su fallecimiento, Chiquito vive porque su humor sigue en todocoleccion, donde sus tazos serán siempre grandes recuerdos porque, como él mismo dijo sobre sí mismo: "La palabra es planetaria. Nació en mí. Salió de repente cuando estaba en el escenario. Lo mejor es no buscar ningún significado".