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18 de ene, 2021 por Ignacio del Valle

Estampas de esquí

Repasamos el origen del esquí, el deporte de invierno más sofisticado y su rastro más coleccionable: tablas y fijaciones de época, fotos, postales y pins con sabor alpino.


Desde la prehistoria los cazadores se calzaban trozos de madera para caminar por la nieve. La aportación de los esquís se la disputan los escandinavos y rusos que experimentaron con diversas tallas de madera métodos de atadura. En 1894 Fritz R. Huitfeldt mejora el sistema rudimentario de fijación de una puntera metálica y sustituyó las correas de cuero por alambre con muelles. Todavía denominamos tablas y ataduras a estos elementos que recuerdan los orígenes de este deporte.

 

Esquís antiguos

 

Las tablas evolucionaron de diferentes maderas, de fresno o nogal, y además de afinar su silueta se incorporaron cantos metálicos para que mordieran mejor la nieve dura, una patente de 1926 registrada por el contable austriaco Rudolf Lethner. Desde entonces las innovaciones en laminados, materiales, fibras y sistemas de fijación no han parado de evolucionar junto al resto de equipo como botas rígidas, bastones e indumentaria de abrigo.

 

Esquiador

 

Esquí con glamour

El esquí como todas las actividades invernales también entraña sus riesgos, siendo las lesiones de roturas de tibias y esguinces de tobillo las más comunes. Con las fijaciones Look de 1950 y su puntera pivotante se comienza a vislumbrar otro nivel de seguridad. Considerados artículos de lujo, muchos equipos de esquí han atravesado décadas en los trasteros esperando a que su cera vuelva a brillar. Las tablas de madera, los bastones y botas de antaño como objetos de decoración vintage son imprescindibles en cualquier refugio o cabaña de montaña con sabor alpino que se precie. 

 

Estación de esquí

 

Esquí vintage con encanto

Entre los deportes de invierno el esquí tal vez sea la práctica más glamurosa, pues ese entorno idílico se prodiga en novelas, películas de cine y series de televisión. El ambiente après ski, parejas en refugios invernales con troncos ardiendo, o una piel de oso al pie del hogar, proporcionan un entorno chispeante a la invitación de una copa para entrar en calor donde los protagonistas del romance se acaramelan al ritmo de un copiosa nevada. En España se comienza a practicar el esquí sobre 1910. Antes de la popularización de las estaciones los esquiadores subían a pata las laderas para descender en un minuto lo que les costó subir 20.

 

Esquiadora antigua

 

Recuerdos de aquellas estaciones de ski

Las estaciones de esquí del Pirineo Aragonés y La Cordillera Cantábrica y también del Sistema Central y por supuesto Sierra Nevada. Candanchú, Cerler, Formigal, Baqueira Beret, La Molina, Alto Campoo, San Isidro, Pajares, Valdezcaray, Javalambre, La Pinilla, Valdesquí ofrecían el placer de deslizarse a toda velocidad por una pendiente inmaculada. Velocidad, salto, parajes solitarios y exclusividad.

 

Estación de esquí

 

Con la medalla de Francisco Fernández Ochoa en las olimpiadas de Sapporo 72, los deportes de invierno saltan a la fama. Soñamos con parecernos a Sant Moritz, Gstaad, Aspen, el ambiente après ski con jóvenes con jerseys de dibujos, los rostros bronceados con las marcas de las gafas de sol y un tocadiscos. Pero los afortunados patrios en su mayoría se conformaban con el madrugón para montarse en el autobús y, tras unas horas de curvas, llegar a la estación de esquí y aprovechar unas pocas horas entre esperas para tomar el remonte y volver a casa extenuados con el pantalón empapado.

 

Medalla ski

 

En todocoleccion puedes recordar esas escenas de esquí a través de postales, revistas, películas, tablas, botas, fotografías y mucha insignia, parche y pin de aquellos días de nieve con recuerdos tan cálidos.

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