10 de ene, 2022 por Ignacio del Valle
El grupo Parchís fue un fenómeno de masas y musical con más de 30 discos en el tablero, 7 películas y una gira interminable de 1980 a 1985. A Parchís los conocía hasta el Papá Juan Pablo II y Maradona.
El sello discográfico Belter, con un catálogo de artistas folclóricos como Manolo Escobar, Rosa Morena, Rumba Tres o el Fary, a finales de la década de los 70 renquea ante la avalancha de la música pop en inglés. En un rapto de lucidez empresarial, apuesta sus fichas al público infantil. A través de un anuncio en prensa convoca una audición para crear un grupo infantil. Así surgió Parchís: una manita de niñas y niños cantores y bailongos identificados por los colores del juego de mesa camilla. Del anonimato a la fama televisiva, haciendo escala en las guarderías y colegios de primaria a todo volumen de radiocasete.
Joselito, Marisol, Rocío Dúrcal... los niños cantoros con sus angelicales timbres de voz e incierto destino de juguetes rotos. A finales de los años 70, Enrique y Ana con sus éxitos cocouaua y hula hop revitalizan la receta para vender discos. Fotogenia, vestuario, composiciones y arreglos musicales de calidad, son los ingredientes elegidos para encandilar a un público cautivo con solo dos canales de televisión. Suma el repunte demográfico y la oportunidad de explotar un mercado tan jugoso como desatendido, un auténtico océano de beneficios, sobre todo allende las Américas, a costa de una presunta explotación infantil como deja entrever el documental dirigido por Daniel Arasanz que se puede ver en Netflix.
A los mandos de Parchís está Belter, que diseña el grupo como un producto con elaborada mercadotecnia. Tras la audición de centenares de niños artistas se perfeccionan las habilidades vocales y danzarinas de los miembros iniciales de Parchís: Tino Fernández, ficha roja; Yolanda Ventura ficha por el amarillo, a Gemma Prat le tocó el verde y también pasaría por la formación David Muñoz, el más pequeño al que le toco en suerte el dado, y Óscar Cañadas como ficha azul. A la banda se incorporaría Frank Díaz, como pelirroja ficha azul. En 1983 Tino, líder y miembro más adolescente del grupo, abandona la banda y el sello estira el chicle con nuevos sustitutos, pero el ciclo de éxitos declina como la fama de tanto usarla.
Desde que debutó en el programa “Aplauso”, una tarde de sábado en octubre de 1979, la popularidad sonrió a Parchís. A los discos se sucede todo el kit de bolos, actuaciones en España y giras de hasta 4 meses por Latinoamérica. El éxito al otro lado del charco es abrumador. México, Argentina, Perú... donde “Los Parchís” son aclamados y compiten con otras bandas infantiles como el “Timbiriche” con Paulina Rubio o el grupo “Menudo”, gran fenómeno de calenturas en masa adolescente. El aprovechamiento del éxito continúa con la filmación de películas de cine de taquilla reventona: “La guerra de los niños” (1980) “La segunda guerra de los niños” (1981) dirigidas por Javier Aguirre. “Parchís contra el inventor invisible” (1981), “La magia de Los Parchís” (1982), “La gran aventura de Los Parchís” (1982), “Las locuras de Parchís” (1982) y “Parchís entra en acción” (1983), dirigidas por Mario Sábato.
Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz te desean tus amigos de Parchís perdura décadas después. “Las 25 Super Canciones de los Peques”, “Comando G”, “La Batalla de los Planetas”, “Twist del Colegio”, “Discolandia”, “Corazón de plomo” y “Villancicos” son una pequeña muestra de sus espectaculares logros. Los Parchís cantaron en el Madison Square Garden de Nueva York y llenaron recintos con más de 100.000 localidades de aforo. Casetes, discos, álbumes de cromos, revistas, fotos que forman parte de tu pasado. El colorido mundo de Parchís está a tu disposición en todocoleccion, donde viven los recuerdos de las infancias más interesantes.