6 de ago, 2020 por Ignacio del Valle
King Kong: cuando la bella despeña a la bestia. Una apisonadora de relaciones públicas se pone en marcha en España para promocionar el estreno de la octava maravilla del cine de 1933.
King Kong, el rey de los gorilas, ascendió a la fama en español entre pases privados y ecos de las crónicas argentinas. El programa de mano troquelado de King Kong, con escenas de la película al reverso, es una de las piezas de colección más valoradas de las que puedes disfrutar en todocoleccion.
“La más extraordinaria historia que nadie pudo contar jamás”, “El pánico de una ciudad que tiembla ante la locura de un monstruo prehistórico”, “La más extraña fantasía del inmenso novelista Edgar Wallace, llevada magistralmente a la pantalla con asombroso realismo”... La silueta de un gorila gigante con una barbie en su mano retan al espectador a pasar unos momentos inolvidables o escapar de la tensa actualidad política y social.
Occidente camina sonámbulo con las cicatrices de la I Guerra Mundial y el crack bursátil de 1929 en Wall Street para afinar la desesperanza. Una producción cinematográfica de 650.000$ lo consiguió. En España en 1933 una entrada para ver “la última maravilla mecánica aplicada al cine” costaba 1 peseta en preferente, 0,80 céntimos en butaca y otros 40 céntimos por un asiento de madera en el gallinero.
En los programas en una cara vemos al simio más famoso de la historia del cine agarrando a una mujer rubia y de feroz expresión. Al reverso 3 imágenes acompañadas de los siguientes textos: “King Kong el gorila de 16 m de alto con un dinosaurio monstruoso”, “la fantasía hecha realidad”, "el triunfo de la técnica cinematográfica”. Los programas de mano sintetizan el argumento de la película: un gorila de 16 metros que habita una misteriosa isla malaya y convive con dinosaurios anteriores al Diluvio Universal. También se editan sellos con la firma RKO y carteles. Toda la publicidad fue poca para llegar al gran público. Hoy los exquisitos coleccionistas de cine pueden disfrutar de estas joyas históricas intactas.
La industria del cine siempre se alimentó de los más dispares aventureros al borde de la cordura. En el caso de King Kong la historia iniciada por Edgar Wallace y rematada por Ruth Rose sintetizan vivencias reales de un triángulo de aventureros. Merian C. Cooper, soldado contra el ejército de Pancho Villa, aviador en la I Guerra Mundial y prisionero de guerra le sirven como periodista del New York Times y documentalista. Ernest Schoedsack, productor, viejo conocido de Merian C. Cooper, que recorrió el mundo junto a él. En una de éstas una de estas expediciones Ernest B. Schoedsack conoce a Ruth Rose, con quien se casa. Inspirados por su propia historia junto a los mundos perdidos de Conan Doyle y Julio Verne se agita el cóctel con los efectos especiales de Willis O’Brien y el olfato del ejecutivo de la RKO David O. Selznick, nos han regalado uno de los films más versionados de todos los tiempos.
Son tiempos en los que el mundo que cambia por días. El cine sonoro impera. Desde el estreno de El cantor de Jazz en 1927, en menos de tres años los diálogos y las bandas sonoras arrasan con el cine mudo. Para los aullidos de King Kong también se usaron efectos especiales, la mezcla de los rugidos de un tigre y de un león escuchados al revés, unos bramidos a la altura del fiero gorila, pero son las evoluciones de este simio peleando con dinosaurios, ese realismo adelantado a su época lo que trasciende.
Willis O´Brien es el hombre en la sombra que da vida a King Kong a través de una serie de muñecos con esqueleto de aluminio articulado de unos 45 cm de altura. Con una piel de conejo y muñecos a mayor escala se dota al simio de una dimensión gigantesca y una expresividad nunca vista. La técnica Stop Motion, la filmación de todos los movimientos fotograma a fotograma da la sensación de movimiento real. Para que te hagas a una idea, 1 minuto de stop motion precisaba de 150 horas de trabajo minucioso. King Kong peleando con dinosaurios, pterodáctilos, enamorándose de Fay Wray y la escena final de la escalada, ataque de biplanos y despeñe de amor.
Tal ha sido el impacto de King Kong en nuestra cultura popular que desde su estreno hace 87 años se han realizado no menos de ocho versiones a cada cual más ambiciosa en elenco e invitados especiales, como nuestro querido Godzilla. A pesar de tanta violencia, el espectador siempre es sensible a las historias de amor. Precisamente el amor es lo que mueve a King Kong. No fueron los aviones los que mataron a la bestia, sino la belleza. Por eso siempre recordamos con una sonrisa a King Kong, aquí en todocoleccion.