Televisor antiguo.

19 de nov, 2021 por Adrián Cortés

Los televisores antiguos proyectan recuerdos

El frenesí de la carrera electrónica por llegar primero al siguiente salto tecnológico no hace si no alimentar aún más el valor coleccionista de los televisores antiguos. Mientras las grandes compañías pugnan por mejorar la imagen y el sonido de sus dispositivos, la nostalgia se mantiene como el mejor proyector de recuerdos de la historia.


En plena vorágine por el comprar, vender, comprar y con el permanente aliento en el cogote de la obsolescencia programada, el televisor es uno de los dispositivos electrónicos más duraderos y que mejor resisten su sustitución. En este sentido, hay cierta referencia no escrita que subraya que los cambios de televisión están sincronizados con el fútbol y que, según esta teoría, un usuario lo sustituye cada Mundial. Es decir, cada cuatro años las grandes marcas lanzan sus campañas de publicidad más agresivas para que no te pierdas ningún detalle del campeonato en tu salón.

Sin embargo, más allá de los avances tecnológicos en cuanto a sonido y calidad de imagen como elementos esenciales del marketing para alimentar esa necesidad de renovar periódicamente tus dispositivos, el tiempo le otorga un valor coleccionista incalculable a los televisores antiguos, que proyectan tus recuerdos con la máxima definición nostálgica.

 

 

El origen comercial

El primer televisor comercial fue creado por John Logie Baird en enero de 1926. Este dispositivo de tipo mecánico se basaba en un disco giratorio con una serie de agujeros en espiral, que permitían la reproducción línea por línea sobre una imagen iluminada. Estas primeras unidades se vendían como radios con una adaptación para la televisión: un tubo de neón detrás del disco de Nipkow -en honor a su creador- que reproducía una imagen, luego ampliada por una lente.

A partir de 1933, el sistema mecánico fue sustituido por el tubo de rayos catódicos (CRT) para generar las imágenes con mayor resolución y velocidad. La compañía alemana Telefunken lanzó en 1934 el primer televisor totalmente electrónico, seguida posteriormente por otros fabricantes en Francia, Reino Unido y Estados Unidos. Joyas coleccionistas como este Bush TV22 de 1950 con pantalla de 9 pulgadas, vendido por 600 euros en 2015; o el Humbert de los años 60, por el que se pagaron 310 euros en 2010.

 

 

El frenesí tecnológico

Aunque se investigó desde el origen del CRT, la transmisión de la imagen a color no se desarrolló hasta la incorporación del tubo de rayos catódicos con tres cañones y en la década de 1970 comenzaron a iluminar los salones de medio mundo, colándose en todas las casas e invadiendo la vida privada y social de los usuarios. Así, la televisión se convirtió en un elemento esencial a nivel informativo y de entretenimiento.

La evolución de los televisores, siempre a merced del frenesí tecnológico, es una constante y rápidamente la electrónica revolucionaría el sector. De los tubos al vacío y los transistores a los circuitos integrados, a finales del siglo XX ya se desarrollaban pantallas que no estaban basadas en el TRC y, a principios del siglo XXI, el tubo desapareció definitivamente para dar paso a las pantallas planas de plasma, LCD y LCD con retroiluminación led y OLED.

 

 

El Internet

Asimismo, los sistemas de transmisión pasaron a ser digitales: por cable, satélite o TDT; e Internet terminó por revolucionar la industria con las llamadas televisiones inteligentes, capaces de ofrecer contenido a la carta. Hitos tecnológicos entre los que también se encuentran el desarrollo de la tecnología 3D o la posibilidad de grabar contenidos sin depender de elementos externos.

No obstante, pese a la carrera tecnológica de las grandes compañías actuales, Orientaprecios nos demuestra que, entre tanta innovación informática, el valor nostálgico prevalece, como el de la joya vintage space age de la Sharp 801 con batería de válvulas de 1966 o el primer televisor de marca española Iberia T-2200 de 1957… Llegarán los hologramas 3D a tu salón y otros avances tecnológicos los destronarán, pero todos acabarán en todocoleccion, donde los recuerdos se proyectan con la máxima definición.

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