21 de jun, 2021 por Ignacio del Valle
De los orinales que nos acompañaron en la infancia no se libran ni papas ni reyes. Recordamos anécdotas del “Perico” doméstico a cuyo alrededor se prodiga un coleccionismo incluso de lujo que nos dibuja una sonrisa.
El tema de las necesidades fisiológicas evacuatorias (hacer de vientre o desbeber), por su escatología implícita, es un asunto tabú. Más en esta era de inodoros japoneses o “washlets” que proveen de limpiado a chorro y secado automático de las partes íntimas con sospecha de electrocución. Aún así, de estas servidumbres humanas no se libra ni el Rey, ni el Sumo Pontífice de Roma.
Lo conocemos por orinal, urinario, bacín, don Pedro, Pedro, Perico, vaso de noche y también chata, fue la solución a una necesidad elemental en toda casa. Un artículo imprescindible del ajuar doméstico a unidad por habitante del domicilio familiar. Imagínese en un palacio. Al lujo se le vieron las costuras. La perfumada corte de Versalles con sus miles de aristócratas y servidumbre empelucada no tenía ni un triste retrete, pero sí contaba con millares de orinales decorados y realizados con barroca imaginación.
Las disposiciones legales en la España de 1589 disponían realizar cualquier operación fisiológica de envergadura en un vaso de noche u orinal. Otra cuestión era el vaciado. La profesión de bacineros de madrugada, por mucha legislación que hubiese, acomodó la costumbre del “agua va” o arrojar las inmundicias por la ventana. Cuesta imaginarse cómo era la vida en esos tiempos, ahora que nos volvemos locos por un corte temporal de agua o de luz. Ya si se nos cae internet, no digamos.
Los ingleses, con tanta tradición arraigada por su desconexión continental, acostumbraban a obsequiar un orinal al sujeto que cumplía 21 años en su mayoría de edad. Un “Perico” habitualmente de loza con motivos alusivos a la amistad y el amor. Siguiendo con la ironía británica, en 1939 se popularizó un modelo con la imagen de Hitler en el fondo del meadero y la inscripción "¡Hazlo sobre este viejo antipático!".
El orinal sigue siendo uno de los primeros adminículos de la infancia. Un accesorio vigente en competencia con los reductores de la taza del váter. A partir de los dos años o cuando la criatura comienza a andar se la apremia a controlar la vejiga y tal vez sea la introducción a esto de crecer. Orinales de patitos, osos y conejos, juguetes, accesorios de muñecos y cuentos infantiles ilustrados. También severos tratados para aconductar a los infantes que son una mina comercial enfocada a las parejas primerizas. Además del insomnio, padres y madres novatas padecen la cotización de los pañales. Encima, hay todo un género fotográfico de la micción pedagógica: estampas infantiles en estos trances inocentes y simpáticos a ojos de las personas mentalmente sanas.
No podría faltar la referencia al bacín que por montera tocaba a “El Quijote”. Una bacía de barbero con su mordisco para encajar en el cuello. Con el doble filo metafórico, el ingenioso hidalgo de la Mancha se cubría la cabeza con el recipiente más apropiado para residuos apestosos. Los bacines también se empleaban para vaciar orines o recoger los enjuagues de las sangrías que realizaban los barberos multifuncionales: guitarristas y dentistas ocasionales por aquellos siglos de oro.
Como te puedes imaginar un artículo tan cotidiano, hasta bien entrado el siglo XX, ha dado lugar a toda una gama de modelos a lo largo de los siglos. Ahora es un artículo de colección. El orinal cuenta con su propio museo en la salmantina localidad de Ciudad Rodrigo (Castilla y León). Fabricado en vidrio, loza y metales nobles. Orfebres y ceramistas de Sargadelos a Talavera de la Reina. También empleado como arma ofensiva, la expresión “un orinalazo” remite a un golpe dado con un orinal.
El “Perico”, “pot du chamre” en francés o “chamber pot” en inglés, siempre oculto bajo las faldas de la colcha o tras la puerta de la mesilla de noche dispuesto a aliviar la urgencia. En su honor, la escultura “Fuente”, el urinario de Marcel Duchamp expuesto en Nueva York en 1917, está considerada la obra de arte contemporáneo más influyente del siglo XX. En todocoleccion dispones de cerca de 1.000 lotes de orinales en subasta y venta directa. Libros fotografías, postales y orinales que te traerán largos y cálidos recuerdos muy desahogados.