5 de ago, 2022 por Adrián Cortés
La música es un vehículo cultural y transgresor con una capacidad innata para atravesar la historia sin dejar nada ni a nadie indiferente; así como hay portadas de discos que han hecho más ruido que sus canciones y permanecen intactas en nuestro recuerdo.
A lo largo de la historia de la industria discográfica, encontramos innumerables ejemplos de portadas de discos más impactantes que fueron tan controvertidas en su época que se hicieron legendarias por raras, curiosas, crudas, provocadoras, polémicas… llegando incluso algunas a ser censuradas.
Sin querer queriendo, no son pocos los músicos que han tenido que lidiar con los escándalos de las carátulas de sus discos. Polémicas que según los tiempos en que se miren podrían resultar inocentes, en su momento significaron prohibiciones y obligaron a reeditarlas según en qué países.
En todocoleccion sabemos que conoces la música, pero… ¿recuerdas las portadas? Repasamos algunas de las carátulas más impactantes que nos ha regalado la industria:
Andy Wharhol diseñó la polémica portada de Sticky fingers de los Rolling Stones censurada en España por la dictadura. La carátula original editada en 1971 lucía unos pantalones vaqueros masculinos con cremallera verdadera y, en la funda interior, unos calzoncillos.
Paradójicamente, los censores dieron por buena otra portada en la que aparecían unos dedos cortados cubiertos de melaza saliendo de una lata de azúcar de caña. Pueril intento de encubrir el sentido que los creadores querían darle al título del disco "Dedos pegajosos"…
Galopaba la España post franquista hacia la libertad tras la dictadura, pero en 1997 Kiko Veneno y los hermanos Raimundo y Rafael Amador fueron víctimas de la censura por enseñar una tableta de hachís con el nombre del grupo grabado con hierro incandescente en la portada del disco.
Kiko suele comentar públicamente que la discográfica se avergonzaba de ellos, que el cambio de carátula solo fue uno de los desplantes que sufrieron por un trabajo que a priori fue ignorado y despreciado, pero que con el tiempo fue ganando en consideración hasta convertirse en una obra cumbre del pop español, pionera en la mezcla de flamenco, rock y psicodelia.
Aunque se disolverían tras este primer y único disco, el vanguardismo de Veneno formó parte años después de La leyenda del tiempo de Camarón, otra obra incomprendida en su momento por ir 20-30 años por delante de las corrientes musicales, quizá -para muchos- el gran punto de inflexión que revolucionó el flamenco para siempre.
The Beatles también cuentan con una portada de disco censurada, la célebre Yesterday & today, que su primera edición contaba con el grupo con batas de médico sujetando trozos de carne cruda y muñecos de juguete amputados.
La carátula, conocida como 'la portada de los carniceros', fue obra del fotógrafo Robert Whitaker y, aunque la justificaron como humor negro, Capitol la consideró ofensiva y apenas salieron copias con esa imagen. Poca broma.
Alejandro Sanz es uno de los artistas españoles más reconocidos a nivel mundial, con una carrera musical de más de tres décadas que le han convertido en una de las voces más escuchadas del planeta.
Sin embargo, no son tantos los que recuerdan que el cantante madrileño lanzó su primer disco en 1989 bajo el pseudónimo de 'Alejandro Magno'. Un álbum que fue acogido con indiferencia por el público, del que apenas salieron 500 copias a la venta, convertidas en artículos de colección porque nunca se reeditó.
A finales de los 80, en pleno apogeo de la movida madrileña, Pedro Almodóvar y Fabio McNamara formaron un dúo musical cabaretero, un combo que comenzó a actuar por diversión y gozó de una notable acogida del público.
No obstante, aunque algunas de las canciones formaron parte de las bandas sonoras de sus películas antes siquiera de ser editadas, Almodóvar nunca se dejó llevar por su incipiente carrera como estrella musical y el grupo se disolvió al año siguiente para centrarse en el cine.
Entre la infinita extravagancia de David Bowie destaca quizá la portada de Diamond Dogs de 1974. Una carátula oscura y apocalíptica, inspirada en la novela 1984 de George Orwell que generó un gran revuelo en la sociedad.
En pleno esplendor creativo, el artista aparece en la portada en un dibujo grotesco mitad humano-mitad perro, luciendo unos genitales híbridos en su primera edición que fueron censurados en las posteriores.
Sin ningún ánimo ni intención de jugar a ser censores ni entrar a juzgar las publicaciones, la polémica que envuelve a estas portadas las convierte automáticamente en joyas de discotecas por la dificultad de encontrar ediciones tan limitadas. Carátulas que suenan en todocoleccion, donde los recuerdos lucen sus rarezas.