Rubik, magia del entretenimiento

La vida a veces parece un cubo de Rubik: la resuelves o la complicas aún más. Vagamos por la cotidianidad de los días ignorando que todo es muy difícil antes de ser sencillo… o eso debió pensar el joven arquitecto y escultor húngaro Erno Rubik cuando allá por 1970 inventó el rompecabezas más vendido de la historia mientras preparaba sus clases de la universidad.

Si bien nació como un cubo 3x3x3 blanco, rojo, azul, naranja, verde y amarillo, el furor por este juguete trascendió más allá del entretenimiento hasta convertirse hoy día en un preciado objeto de coleccionista, reformulando tanto su tamaño como sus composiciones. Temáticos, calendarios, llaveros, redondos, cilíndricos… conforman nuestro amplio catálogo.

 

 

Compleja casualidad

Buscando una herramienta escolar con la que sus estudiantes entendieran algunos conceptos geométricos tridimensionales, Erno Rubik unió unas piezas de madera y gomas elásticas dándole forma de cubo, añadiéndole un mecanismo de ejes que permitiera el giro de cada uno de ellos de manera independiente sin que se desarmara.

Erno Rubik fue el primero en sufrir su propio invento, pues fue el primero en tener que enfrentar el rompecabezas, como metáfora en sí mismo: mientras un lado estaba resuelto, todo lo demás se convirtió un caos… Después de semanas de pruebas y cálculos, tardó un mes en encontrar la solución, creyendo, por momentos, que era imposible rearmarlo.

 

 

Un desafío irresistible

Había encontrado mucho más que un ejemplo para sus alumnos, pero ahora había que librar la ardua batalla de las patentes a través de la Cortina de Hierro y comercializarlo. En 1980, de la mano de la empresa norteamericana Ideal Toy Company, el juguete ganó el premio a Mejor Juguete del Año en la Feria del Juguete de Nuremberg y el resto es historia: más de 350 millones de cubos girando entre manos de todo el planeta.

La dificultad de resolución supone un desafío irresistible que ha ido saltando de generación en generación hasta la actualidad. Mientras algunos agudizaban su destreza, otros desgranaban con cálculos matemáticos su funcionamiento en la búsqueda de lo que en la jerga cubista se conoce como el número Dios -por complejidad de la empresa-, que no es más que el número de movimientos máximos mínimos para resolverlo.

 

 

La divinidad del cubo

Existen 43 trillones de combinaciones posibles en un cubo de 3x3x3, pero en 1981 el Dr Morwen Thistlethwaite demostró que cada cubo se podía resolver en 52 movimientos o menos. En junio de 2010, un equipo de científicos redujo el número de Dios a 20. Es decir, independientemente de lo revuelto que parezca un cubo, siempre está a 20 pasos de ser resuelto.

Eso dicen las matemáticas, pero no todos somos Max Park, campeón mundial de velocidad de 2021 con 5,9 segundos. Es más, me aventuraría a decir que somos más Graham Parker, un inglés que decidió no leer libros ni ver tutoriales para enfrentarse al cubo y… ¡tardó 26 años en resolverlo! Seas de quien fueres, Rubik nos ha regalado más de cuatro décadas de desafíos, pura magia del entretenimiento.

 

 

Colecciona giros

Si giramos Orientaprecios, en menos de 20 clics resolvemos que el cubo también es protagonista en todocoleccion, donde se ha vendido desde el libro de Jacques Massacrier sobre cómo resolverlo; a cubos originales de Revenge de 1982, de las tragaperras españolas de los años 70 o cubos cilíndricos.

Siempre en un segundo plano, Erno Rubik no concede entrevistas porque prefiere que el juguete hable por él: "Creo que lo más característico del cubo es la contradicción entre la simplicidad y la complejidad. Amo la simplicidad del cubo porque es una forma geométrica muy clara; y amo la geometría porque es el estudio de cómo está estructurado el universo entero".