25 de may, 2023 por Adrián Cortés
Tina Turner murió a los 83 años, dejando un legado eterno de recuerdos como reina del rock and roll en los años 80. Con una personalidad forjada por la desgracia, la cantante arrasaba sobre los escenarios, donde canalizaba y liberaba toda la opresión.
Tina Turner falleció a los 83 años. La reina del rock and roll exploró los límites de la tragedia racista y machista de su época y entorno hasta erigirse en inspiración a nivel mundial del empoderamiento femenino y la autosuficiencia a través de la música, con una voz rasgada por la crueldad de la vida y un carácter indomable sobre el escenario.
Un torrente de voz apabullante e inconfundible y el frenesí sobre el escenario hicieron de Tina Turner una leyenda de la música y, sobre todo, un modelo a seguir. Icónica su imagen con un traje de cuero y tacones, con una melena felina desafiante para la sociedad machista y racista de EEUU.
Asimismo, el magnetismo sexual, la melancolía de sus conciertos y el drama personal que le fue moldeando desde que nació acabaron por convertirla en un símbolo de supervivencia y superación. La pasión desaforada sobre el escenario era la forma en la que ella canalizaba todo el dolor que le atormentaba. Hizo de la música su libertad porque, según confesó luego, desataba toda la rabia ante la opresión que vivía lejos de los focos.
Con una presencia volcánica y exuberante… -poco corriente para la época, y menos para una mujer negra-, Tina Turner fue creando un estilo propio que mezclaba herencias del góspel, del soul y un rock incipiente… Un huracán sobre el escenario sometida a la tiranía de su marido, que intentó torpedear su carrera incluso después del divorcio con todo tipo de trabas legales.
Gracias a amigos como David Bowie o Keith Richards, que la idolatraban; renació y logró volar libre del extenuante control físico y psicológico de Ike. Un estilo propio, que abrió camino para las cantantes negras del rock y para muchas estrellas blancas como Mick Jagger, que imitaron su manera de dominar la escena. El disco Private Dancer de 1984 la catapultó de nuevo como estrella y, posteriormente, editó Break Every Rule (1986) y Foreign Affair (1989), que contenía el mítico single The Best.
Entretanto, Tina Turner sorprendió con duetos con Eros Ramazzotti o Antonio Banderas, y fue la protagonista de la canción principal de Goldeneye, la película de 1995 de la saga James Bond. No obstante, esta no fue la única aportación de la cantante a la industria del cine. Interpretó a la Reina Ácida en la versión cinematográfica de Tommy, de Ken Russell, la ópera rock de The Who; y participó en Mad Max III: Más allá de la cúpula del trueno, en 1985.
Tina Turner se bajó de los escenarios en 2009, tras más de 50 años de carrera con más de 200 millones de discos vendidos, siendo la primera mujer en la portada de la revista Rolling Stone. Su voz ardiente y sus explosivos directos marcaron el camino para otras muchas cantantes con un mantra particular: sobre el escenario, ningún hombre era más que ella.
La lucidez y la inspiración le acompañaron hasta el último suspiro y ya solo nos quedan los recuerdos y sus vinilos. "Mi legado es que me mantuve en el rumbo... Desde el principio y hasta el final, porque creía en algo de mí", afirmó. Donde quiera que esté, seguro que está cantando y bailando… en paz.