11 de mar, 2022 por Adrián Cortés
Resurge con fuerza el icono verde de formas redonditas en un cuerpo escaso que con unos ojos enormes y manos rebeldes se convirtió en el gran vehículo comunicativo de los años 90. Un estado de ánimo con antenas que nos invita a celebrar con alegría: ¡TOI está de vuelta!
Alrededor de 33 años han pasado desde que un joven Jordi Català diseñó por primera vez a TOI. En invierno de 1989, el infografista dio vida al monigote verde de ojos saltones para una sección de El Periódico. Sin embargo, fue la posterior campaña publicitaria de Bollycao la que catapultó la popularidad de TOI hasta convertirlo en todo un fenómeno sociológico.
Si bien es cierto que la acción de marketing no se prolongó demasiado en el tiempo, sí que supuso un punto de inflexión comercial, después del cual la gente comenzó a comprar Bollycao más por el TOI que por la comida y así surgió el sentimiento coleccionista que alimenta con más de 5.850 lotes nuestro catálogo.
Resulta curioso que antes de firmar con Bollycao, Trigràfic, que gestiona los derechos comerciales de TOI, ofreció el personaje a empresas como Nestlé o Colacao, pero fue Panrico quien vislumbró el potencial del monigote verde para encandilar a toda una generación. Y no se equivocó. El punto gamberro, mezclado con el toque irónico y lenguaje de calle, le convirtieron en un icono entrañable.
TOI es, a fin de cuentas, un estado de ánimo con antenas. Es simpático incluso cuando está enfadado. Resulta fácil identificarse con él y, de ahí, su éxito. Un monigote verde con un cartel, apoyado en lenguajes tan expresivos como los de su mirada para representar las más variadas, habituales y emotivas situaciones con los que alcanzar a todo tipo de públicos.
Merced al crecimiento de su popularidad, se fue extendiendo su lenguaje hasta incorporarse a la forma de hablar en su cotidianidad. Todo un fenómeno comunicativo que rápidamente saltó a los medios en promociones comerciales, culturales… Tanto que, 30 años después de su creación, en 2019, se organizó una exposición para repasar su historia.
A día de hoy, TOI se estudia como uno de los casos más exitosos de marketing y comunicación audiovisual. El monigote verde se convirtió en un fenómeno popular, adelantándose varios años a los emoticonos, al lenguaje SMS e incluso a las redes sociales. Convertido en un icono de masas, TOI decoró carpetas, frigoríficos, muebles… y demás superficies de los adolescentes de toda una generación.
Gracias al extraordinario poder expresivo con el que sintetizaba acciones y emociones, TOI se erigió en un icono pop de los 90, tan admirado como coleccionable para un público que nunca ha parado de buscar los estados de ánimo de TOI que le faltan, tal y como ponen de manifiesto los más de 3.500 TOI que se han vendido según Orientaprecios.
“En esta apasionante nueva historia espero que se recuperen algunos de los hábitos más sagrados y casi perdidos entre la gente pequeña, que es coleccionar cromos y engancharlos donde les plazca, un placer que no ofrece ningún videojuego ni consola”, subrayó Català al anunciar su regreso y no podemos estar más de acuerdo porque, a fin de cuentas, en todocoleccion tamos nostálgicos, tamos con TOI.