15 de jul, 2025 por Ignacio del Valle
La pasión por Playmobil está materializada en un proyecto familiar que cruza fronteras y conecta generaciones. En esta entrevista, descubrimos la historia de emprendimiento, nostalgia y dedicación de Alexandra Li.
Ale Patagonia es el nombre tras una de las tiendas más entrañables y especializadas de todocoleccion. Desde la Patagonia argentina, Alexandra Li y su familia han convertido su pasión por Playmobil en un proyecto familiar que cruza fronteras y conecta generaciones. En esta entrevista, descubrimos su historia de emprendimiento, nostalgia y dedicación. Con cinco horas de diferencia horaria, conectamos con El Bolsón, una ciudad de la Patagonia andina, en el suroeste de la provincia argentina de Río Negro. En el hemisferio sur, ahora es invierno. Alexandra Li nos atiende con una calidez especial: habla despacio, piensa cada palabra y transmite una paz contagiosa mientras relata su aventura y éxito en todocoleccion desde uno de los parajes naturales más bellos y remotos del planeta.
Ale, junto a su familia, abrió en 2019 una tienda muy especial en todocoleccion. Esta es la trayectoria de una madre emprendedora, apasionada por los juguetes Playmobil y con una dedicación admirable a su tienda online. Madre de cuatro hijos —Vasilisa (también llamada "Junior"), Ernesto, Tamara y Julito—, todos han sido parte fundamental del proyecto. Aunque Julito, el más pequeño, aún no trabaja, toda la familia colabora en este emprendimiento. No se consideran coleccionistas en el sentido tradicional, sino promotores del juego y la imaginación, luchando contra el dominio de las pantallas y fomentando el uso de juguetes físicos como alternativa lúdica y educativa.
El nombre Ale Patagonia es tan simple como directo: Ale, por su nombre, y Patagonia, por el lugar donde vive. No nació como una marca planificada, sino como una representación natural de su identidad. Comenzó como compradora en 2019, y la buena experiencia la motivó a empezar a vender artículos propios, descubriendo un mercado lleno de posibilidades desde Argentina hacia Europa.
Entre sus primeras ventas recuerda un lote de postales que un comprador adquirió completo. Esa operación dejó una impresión duradera y positiva tanto en ella como en su cliente, marcando el inicio de su recorrido como vendedora en la plataforma.
La evolución hacia la tienda oficial fue casi automática. Por la naturaleza de los artículos que manejaba pequeños y numerosos, le convenía ofrecer un catálogo amplio desde el principio. Su lógica era clara: estando en Argentina y con los costes de envío implicados, era necesario presentar una oferta lo suficientemente atractiva para justificar la compra desde el extranjero. Desde el principio, Alejandra entendió que debía apostar fuerte para lograr visibilidad y generar confianza.
La parte esencial de su catálogo está dedicada a los clicks de Playmobil. Este universo tiene un significado especial para Alejandra, no solo por su valor nostálgico o coleccionista, sino porque sabe cómo se juega con ellos. Ha compartido horas de juego con sus hijos y entiende a la perfección el valor que tienen para quienes buscan personalizarlos o revivir recuerdos de infancia con piezas producidas o ensambladas en Brasil, Argentina o México, imposibles de hallar en Europa.
En el Cono Sur, Playmobil tiene una presencia muy fuerte. La marca sigue siendo parte de la cultura popular. Como en España, el famoso barco pirata es el objeto más deseado por quienes crecieron en los años ochenta. Alejandra confirma con entusiasmo que esa nostalgia también vive en los hogares argentinos.
Curiosamente, aunque todocoleccion es un marketplace español, dos tercios de sus clientes provienen de Argentina. Esto se debe a que en el país no existen plataformas equivalentes que faciliten el comercio de artículos coleccionables o juguetes de forma práctica.
Otro aspecto que destaca son las subastas que Ale Patagonia organiza cada martes. Estas se extienden durante cuatro días y están pensadas para que los clientes tengan tiempo de participar. El cierre ocurre los sábados a las 21:00, hora local, aunque para los compradores en España eso signifique madrugada. Esta estrategia se adapta al comportamiento de su mercado, ajustando la dinámica de la plataforma a las costumbres horarias de sus principales compradores.
Además de su tienda en todocoleccion, Alejandra utiliza redes sociales como Instagram, donde publica curiosas animaciones en vídeo para promocionar sus lotes. Reconoce que estas redes ayudan significativamente a mantener el contacto con sus seguidores, ampliar su visibilidad y atraer a nuevos clientes interesados en su singular catálogo.
Alejandra valora especialmente el trato humano que ella dispensa y también recibe en todocoleccion. Lo más importante y lo que más me gusta es que me contesta una persona y no un robot. Este detalle, aunque parezca menor, le ha generado una sensación de respaldo y confianza clave en su trabajo diario.
Alejandra también reflexiona sobre una oportunidad de crecimiento para la plataforma: la expansión internacional. Ya ha conseguido clientes en lugares tan diversos como Taiwán, Hong Kong, Chile o México. Esta observación pone sobre la mesa un punto de mejora estratégico, según Alejandra: reforzar la promoción de todocoleccion en América Latina y Asia para captar a más coleccionistas globales.
Su oferta se centra casi exclusivamente en Playmobil, por lo que considera que su propuesta está claramente definida y dirigida a un nicho muy específico: el fan del click. La fidelidad del coleccionista de Playmobil, según Alejandra, es muy elevada: Ellos están con esto y casi nada más. Esta hiperespecialización le ha permitido ganarse una clientela fiel, exigente y conocedora.
Cuando se le pregunta si recomendaría todocoleccion a otros vendedores, su respuesta es contundente: Yo recomendaría y recomiendo a los argentinos que lo hagan. En comparación con otras plataformas, resalta que todocoleccion ofrece mayor flexibilidad en pagos y envíos, lo cual es fundamental para los vendedores del otro lado del Atlántico. En todocoleccion es más cómodo, afirma. También explica que la exigencia de envío inmediato en otras plataformas no se ajusta a la realidad del coleccionismo de piezas pequeñas como las de Playmobil. Los compradores suelen querer agrupar varias subastas para amortizar los altos costes de envío internacionales.
Uno de los aspectos que más valora su clientela es el cuidado en el embalaje. La gente espera que esté bien embalado, que no se rompa en el camino. Y yo no los decepciono, señala Alejandra. Esta meticulosidad no solo se ve en la preparación de los paquetes, sino también en la presentación visual de sus productos.
Los dioramas que crea son verdaderas obras de arte, sonrisas que hacen aún más atractiva cada subasta. Hay que poner un poco de humor, porque tan serio no puede ser, dice entre risas. Y lo más especial: muchas de estas fotos están hechas por su hija Vasilisa, de 19 años. El trabajo en familia es una constante que atraviesa todo el proyecto.
El legado de los juguetes va más allá de lo material. Alejandra no solo vende Playmobil; también transmite una filosofía: la de jugar sin pantallas, como en el siglo pasado. Yo quería que mis hijos jueguen como yo jugaba. Es para unir generaciones, explica. Por eso, muchos de sus clientes no son solo coleccionistas, sino también padres y abuelos que buscan compartir con los más pequeños algo más que un simple objeto.
En Argentina, a diferencia de Europa, aún se conservan más hábitos lúdicos tradicionales: Todavía jugamos con juguetes, no solo coleccionamos, dice con orgullo. Su misión es clara: resistir, aunque sea un poco, la invasión de las pantallas. Es una lucha perdida, pero hay que hacer alguna contra, concluye.
La historia de Ale Patagonia es un ejemplo brillante de cómo la pasión, el compromiso familiar y la atención al detalle pueden convertir el coleccionismo en un modo de vida. Desde el paraíso de El Bolsón hasta cualquier rincón del mundo, sus lotes de Playmobil viajan llevando consigo nostalgia, creatividad y un mensaje de unión generacional.