En Kill Alex Cross, el detective Alex Cross se enfrenta a dos casos de gran envergadura: el secuestro de los hijos del presidente y una peligrosa contaminación del suministro de agua de Washington D.C. A medida que Cross investiga, descubre que ambos crímenes están relacionados y forman parte de un plan aún más siniestro que amenaza con desestabilizar al país. Con cada hora que pasa, las posibilidades de encontrar a los niños con vida disminuyen, y la presión sobre Cross aumenta cuando la Primera Dama le pide personalmente que los salve. Sin embargo, incluso con la máxima autorización de seguridad, Cross se encuentra con obstáculos y secretos que lo llevan a tomar decisiones desesperadas que desafían sus propios principios.