7 de may, 2020 por Ignacio del Valle
El sueño de la imaginación del sensible poeta y escritor Robert E. Howard ha engendrado al mayor héroe del universo de la espada y brujería: Conan el bárbaro.
A través de la fantasía se puede huir de la realidad. Conan es el alter ego independiente y con cierto desarraigo de Robert E. Howard, un escritor marcado por la poesía del talento. Un chico enmadrado y tímido, de nula presencia física que intentó mejorar con gimnasia y boxeo. Robert crea Cimmeria y los ecos de la Atlántida. El joven se refugia en un universo a la musculada medida de los masters del universo venideros.
Como autor precoz, a su vívida pluma debemos la creación del género de espada y brujería. Un héroe bárbaro que a mandoble y revolcón limpio conquista un reino tras piratear, robar y seducir a todo lo que se le ponga por delante de su mágico hierro. La vida de Robert E. Howard estuvo marcada por la inseguridad del itinerante, muchos cambios de domicilio por los destinos de su padre médico, muy aficionado a discutir con su tuberculosa esposa. Sumamos los antecedentes confederados de su clan y la ausencia de esa estabilidad necesaria para rodearse de una pandilla de amigos en la adolescencia. El paso por tanta escuela supuso un calvario de acoso y desarraigo.
Estos antecedentes estimularon la imaginación-refugio de Robert. A su buen gusto literario, con influencias de Jack London o Rudyard Kipling, se suma su amistad epistolar con H.P. Lovecraft, llegando a formar parte de “El Círculo Lovecraft” y el entorno que alimentó Los mitos de Cthulhu. Un mundo de misterio y terror paranormal con influencia muy evidente en la Hiperboria en la que se desenvuelve el Conan mazas.
De 1932 a 1935 Robert redacta los 15 relatos que han dado origen a la más proteínica saga de juegos de rol, juegos de cartas, películas, videojuegos y, sobre todo, cómics que se reeditan sin pausa, ni descanso coleccionista. El 11 de junio de 1936, a los 30 años Robert E. se quitó la vida ante la noticia del coma irreversible de su madre y, a partir de ahí, la leyenda del escritor y su personaje no han hecho más que crecer.
Para la mayoría del público coleccionista, Conan está asociado al predador Arnold Alois Schwarzenegger, que cumplió su sueño americano llegando a gobernador del Estado de California tras emparentar con una Kennedy. Mucho antes, en 1982 se estrena la primera película filmada en localizaciones ibéricas como Almería, Madrid y pulidos roquedos de la “Ciudad Encantada de Cuenca”. Dejó para la posteridad este bizarro film a un Jorge Sanz impúber interpretando al bárbaro en su niñez. Hay una leyenda urbana, con trazas creíbles, en la que nuestra eterna promesa del cine español cogió tirria a Terminator durante la filmación. Una mula soltó una coz a la madre y representante de Jorge Sanz, razón por la que Arnie se partió la caja de la risa.
Alrededor de estos films de culturistas bañados en aceite, la saga continúa con El guerrero rojo también con abundancia de chascarrillos cordiales: los indicios de que el austriaco implacable tuvo un affair con Brigitte Nielsen, hiperbórea aficionada a la proteína de anabolizante, esposada por aquellas calendas con Sylvester Stallone. Por esos escenarios de cartón, piedra y fondos de dibujos animados e ilustradores de culto ha desfilado nuestro bárbaro e irredento protagonista versionado en “Conan el conquistador” hasta convertirse en Conan, el rey de los cómics editados por Marvel, Dark Horse y DC Comics, según la década.
La imaginería asociada al seguidor de Kron cuenta con más de 11.000 lotes a la venta en el fascinante mundo del coleccionismo. Cómics, libros, llaveros, figuras de acción, videojuegos, películas y CDs de bandas sonoras, además de réplicas de espadas mágicas que te hechizarán para los restos. Conan representa la fuerza bruta de conquistar el destino de la imaginación, con coraje a mandoble y revolcón limpio en la memoria de los mejores recuerdos, aquí en todocoleccion.