Discos de pizarra

12 de sep, 2022 por Ignacio del Valle

Discos de pizarra a 78 RPM

Desde la invención del gramófono en 1887 hasta 1956 los discos de pizarra o discos de piedra fueron los amos del sonido grabado a 78 revoluciones por minuto.


La carrera por atrapar y conservar el sonido, grabar música para escucharla en cualquier momento y lugar, despega en 1857 con la invención del fonoautógrafo de Édouard-León Scott de Martinville (1817-1879), el primer aparato que registra ondas sonoras sobre papel. En 1877 Thomas Alva Edison (1847-1931) inventa el fonógrafo pensado para el dictado, creación de libros para ciegos además del disfrute de la música en cilindros, primero recubiertos de estaño y posteriormente de cera. Emile Berliner (1851-1929) patenta en 1887 el gramófono que emplea para la reproducción del sonido un disco plano más resistente que los discos de cera y de almacenamiento, manejo más sencillo, pero sobre todo la reproducción masiva que daría origen a la industria discográfica.

 


Goma laca a 78 revoluciones por minuto

Se llaman coloquialmente discos de pizarra porque están fabricados de un material terroso y oscuro: la goma laca que se asemeja a los encerados de los colegios. En sus inicios comúnmente solo se podían escuchar grabaciones de menos de cuatro minutos. A partir de 1923 se comienzan a usar la doble cara y es en 1925 cuando se fija la velocidad estándar a 78 revoluciones por minuto y su diámetro más común de 10 pulgadas, reservado para música popular, y en ocasiones 12 pulgadas de diámetro para grabaciones de música culta. 

 

 

Tatarabuelos del CD

Los discos de pizarra son los tatarabuelos de los discos CDs y los abuelos del disco de vinilo microsurco, que gira a 33 y 45 revoluciones por minuto. Los discos de pizarra ruedan aproximadamente 78 RPM y con un surco grueso. Para su reproducción se usaban gramófonos mecánicos hasta 1930 cuando se popularizaron los receptores de radio. La combinación de radio más reproductor de discos da origen al radio gramófono, que usa el amplificador del receptor para escuchar discos de pizarra, siendo el antecesor de las mini cadenas musicales domésticas.

 

 

El archivo de la palabra y la música desde finales del S XIX se grababa en discos de pizarra o “discos de piedra” y en este soporte se difundió en Estados Unidos desde el jazz, al blues y el R&B. En España la música clásica, zarzuela, marchas militares, música popular y como decía Jose Luis Ulibarri: canción ligera. Conferencias, discursos, solistas melódicos y mucho flamenco y copla.

 

Sellos míticos

Odeón, Regal, Columbia DECCA, Parlophone, RCA Victor e Iberia… Los sellos musicales acercaron el entretenimiento a demanda, escuchar la música preferida en cualquier momento y lugar. Los discos de pizarra iban protegidos con un envoltorio y cajas que se comienzan a utilizar como reclamo publicitario, y en el centro del disco o galleta una etiqueta impresa con los datos de la grabación y la empresa discográfica, con depurado gusto de diseño gráfico en el que se advierte la influencia del art decó. Hay discos de pizarra que son verdaderas antigüedades y otros muchos llevan camino de serlo pues los discos de pizarra dejaron de producirse en torno a 1956 con la llegada del disco vinilo.

Con el podcast nº 23 de todocoleccion puedes ahondar en este apasionante mundo de la mano de Carlos Martín Ballester: coleccionista experto en discos de pizarra. Arqueólogo musical, productor, editor, conferenciante y, además, fundador y presidente del Círculo de Flamenco de Madrid.

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