Amstrad PC

14 de ene, 2022 por Adrián Cortés

Amstrad, otra increíble historia de éxito

Amstrad sintetiza la odisea de toda empresa tecnológica que abordó el cambio de siglo, arrastrada por la vorágine de un mercado emergente, y cómo la espiral informática fue marcando el camino hacia un futuro de éxito comercial.


La historia de Alan Sugar parece un cuento sacado del sueño de todo empresario de éxito, que comienza en una tienda de verduras a los 12 años para convertirse en uno de los gigantes tecnológicos a nivel mundial. Este joven de origen judío nació y creció en un barrio de protección oficial de Londres, donde pronto reconoció el importante filón de negocio que ofrece la compraventa de bienes.

Pese a su juventud, Alan Sugar fue consciente desde el principio del beneficio económico que le reportaba y esto le motivó para comenzar operar con sus vecinos. A los 16 años ya ganaba más dinero que su padre y descubrió que los mayores márgenes los obtenía de los productos tecnológicos. Un crecimiento exponencial que le llevó a montar su propia empresa con solo 21 años: AMS Trading Limited, a la postre Amstrad.

 

 

Tecnología para todos

Alan Sugar tenía claro que su línea de negocio era la tecnología al menor coste posible. Para ello, comenzó comprando equipos de sonido de marcas asiáticas para revenderlos bajo su firma. Una apuesta que disparó sus ganancias en los años 70, al mismo tiempo que le creó detractores entre los expertos en la alta fidelidad. La llegada de los hi-fi a los hogares supuso una gran oportunidad de negocio para Alan Sugar, al que solo le preocupaba vender sin importar la calidad de sus productos.

A base de plastificar las carcasas de sus módulos de radio, Amstrad consiguió abaratar aún más los costes y, de este modo, acercar la tecnología hi-fi a todos los hogares, sin distinguir entre clases sociales. Una idea tan brillante en lo económico como criticada por los elitistas, que Alan Sugar replicó en los años 80 para intentar conquistar también el incipiente mercado de los ordenadores personales.

 

 

Obligado a cambiar

El relato de Amstrad en el campo de la informática está lleno de contradicciones, trufando de incredulidad el éxito final. Alan Sugar era bastante reacio a reorientar su negocio hacia los ordenadores personales, al pensar que se trataba de un mercado demasiado elitista que chocaba de bruces con su política comercial.

Sin embargo, la irrupción meteórica del Sinclair ZX Spectrum le hizo cambiar de opinión. Zarandeado por la realidad, el británico se vio obligado a sumarse a esta nueva corriente tecnológica. Eso sí, a su manera: precios populares para abarcar más mercado. Bajo esta premisa, Amstrad presentó en 1984 el CPC 464 con 64KB de RAM, que no existía nueve meses antes.

 

 

La carrera informática

"Mi concepto era simple: mamá y papá no querían que el pequeño Johnny se adueñase del televisor, así que nuestro ordenador debía incluir su propio monitor, teclado completo y cassette incorporado para cargar software, y conseguir todo ello a un precio de 199 libras", relató Alan Sugar en su autobiografía publicada en 2010. 

Tras el éxito del CPC 464, Amstrad lanzó el modelo 664, con una unidad de disco de 3"; pero no fue hasta el siguiente, el CPC 6218, cuando desarrollaría una mejora de 128KB de RAM que aumentó notablemente la capacidad del ordenador. En 1985, también se comercializó el PCW 8256 orientado a la ofimática y, un año más tarde, nació el PC IBM de bajo coste PC 1512.

 

 

Ley de la naturaleza: absorber o morir

Entretanto, Amstrad preparaba un golpe maestro al mercado: la compra de Sinclair Research Ltd por cinco millones de libras. De un plumazo, la compañía de Alan Sugar absorbía a su rival comercial y rediseñó sus icónicos modelos, dotándolos de josticks, mandos y demás complementos. Un paso hacia delante en una década de los 90 en la que los ordenadores personales de 16 bits y las videoconsolas ya se habían colado en los salones de medio mundo.

En plena ola tecnológica, la compañía británica se vio obligada de nuevo a reorientar sus líneas de negocio bajo la denominación ‘Plus’. A los CPC 464+ y 6128+, se sumó la videoconsola Amstrad GX4000… un intento de modernización apresurado que esta vez no tendría el éxito de otrora. Llegaron tarde a la carrera y esto les obligó a virar su estrategia comercial por enésima ocasión hacia las telecomunicaciones.

 

 

Monetizar tu éxito

Bajo esta premisa, Amstrad acordó con Sky el suministro de sus sintetizadores de televisión por satélite. Una alianza que acabó en 2007, cuando el gigante de la radiodifusión compró la empresa de Alan Sugar por 125 millones de libras. El broche de oro a una historia comercial de éxito, que nació en una tienda de frutas de un barrio lumpen de Londres.

No obstante, pese a llevar años alejado de la carrera informática, Amstrad sigue siendo un referente del entretenimiento tecnológico y sus productos forman parte de los hogares de todocoleccion, donde juegan los mejores recuerdos.

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