25 de jun, 2021 por Ignacio del Valle
Las colecciones Aguilar son clásicos de las bibliotecas de salón. La textura en piel de sus encuadernaciones y cortes entintados anunciaban la calidad de las grandes obras de la literatura que albergaban en su interior.
Aguilar supuso una innovación en el mundo editorial español. En las primeras décadas del siglo XX el sector del libro cambia con la aparición de la figura del editor moderno, quien comenzó a enfocarse en los aspectos estéticos, la producción, las traducciones, calidades de impresión, la promoción. Mientras tanto el librero se centraba en la venta bien aconsejada a sus clientes. Las librerías por entonces, con los ingresos segurados por los libros de texto, no cuidaban demasiado las novedades ni los escaparates.
Será la irrupción de Manuel Aguilar Muñoz y su mujer Rebecca Arié quienes le dieron un vuelco al sector editorial español. Pura pasión por las letras en un entorno social y económico muy complicado para los intelectuales por asuntos de censura. Un dinamismo precursor de la venta a plazos a través de la cuenta corriente de librería y la venta directa al público vehiculada con una red de maestros y funcionarios excarcelados tras la guerra civil.
Repartidor de periódicos, maestro de fortuna, periodista, exiliado… Londres, París, Buenos Aires y regreso a Madrid. Buen negociante. Manuel Aguilar organiza la Sociedad General Española de Librerías (SGEL) dependiente de Hachette y aprovecha la red de ferrocarriles para la distribución del libro con la concesión de establecimientos estaciones. Estamos en el año 1923 y con solo 23 años, junto a su esposa Rebecca Airé, funda la editorial Aguilar que quedó documentada en su autobiografía: Una experiencia editorial. El resto es historia hasta en la decoración. La clase media conquista la biblioteca con muebles a medida.
“Editar buscando el triunfo inmediato y la ganancia rápida es edificar sobre arena, yo prefiero un libro que venda 500 ejemplares anuales durante 10 años, que vender 5000 ejemplares en un mes. Estos son éxitos efímeros que no dan vida y permanencia a un catálogo editorial”
Aún así no le hizo ascos a su primer triunfo: 9.000 ejemplares vendidos La vida y sus misterios de Flammarion. En 1924 Manuel Aguilar consiguió los derechos para publicar en español a H.G. Wells, Bernard Shaw y Edgar Wallace. La calidad ante todo. Y también los superventas de Celia de Elena Fortún.
Mª José Blas Ruiz, todocoleccionista de la Librería del Prado de Madrid ha escrito Aguilar. Historia de una editorial y de sus colecciones literarias en papel biblia (1923-1986). Una obra monumental prologada por Luis Alberto de Cuenca, donde documenta a través de sus 312 páginas y más de 600 imágenes la apasionante aventura de Manuel Aguilar. Las colecciones Aguilar son muy coleccionadas pues se distinguieron por agrupar las obras completas de los grandes escritores.
A los títulos clásicos se sumaron calidades de lujo, encuadernaciones en piel y cortes decorados. Volúmenes de coleccionista: Colección Obras Eternas, Colección Joya, Colección Breviarios, Colección Crisol, Colección Crisol “Serie Extra” (Crisolines), Obras Morales o Religiosas, Colección Crisol Literario, Colección de Autores Venezolanos, Biblioteca de Premios Nobel, Biblioteca de Autores Modernos, Colección El Lince, Colección Ciencia-Ficción, Colección Diccionarios, Colección Grandes Culturas o Biblioteca del Cincuentenario.
Benito Pérez Galdós, Jacinto Benavente, Rosalía de Castro, Federico García Lorca, Miguel Hernández, Tirso de Molina, Azorín, Baltasar Gracián, Miguel de Cervantes, William Shakespeare, Oscar Wilde, Francisco de Quevedo, Fiódor Dostoyevski, Santa Teresa de Jesús, Simone de Beauvoir, Mark Twain, Pablo Neruda… En todocoleccion puedes elegir entre más de 35.000 lotes relacionados con la editorial Aguilar, esta aventura editorial tan personal y visionaria que permanece para siempre a mano para el recuerdo en tu biblioteca.